Igual que en la ruta de Covarrés, se dejan los coches en Golobar (1840 m) y se asciende hasta el collado de Sel de la Fuente y después al Sestil Alto (2040 m). Desde allí, cogeremos una senda a la derecha que desciende por el Valle, hasta llegar a varios grupos de rocas grandes que ya podemos divisar desde el Sestil Alto. En el primero y más pequeño de los grupos de rocas encontramos la Cueva del Coble a 1.775 metros de altitud, y el sumidero del Sel de la Fuente, en el que entran las aguas que alimentan la corriente de la cueva, y que crean el río Pisuerga. Allí se pueden observar manifestaciones de glaciarismo cuaternario. A ambos lados se distinguen las morrenas y los efectos de la erosión glaciar.
El interior de la Cueva del Coble está formado por una Galería principal, que está recorrida por el río y varias laterales una de ellas de gran longitud.
La duración de la ruta es de 4 horas aproximadamente con una dificultad media-alta y su recorrido se puede hacer durante todo el año, aunque no se aconseja practicarlo con mal tiempo o niebla.
Si contamos con un vehículo de apoyo, es muy interesante la posibilidad de evitar la subida de nuevo al Sestil siguiendo la dirección del río Pisuerga, que sale a la luz en la cueva, hasta la población de Santa María de Redondo.
Nacimiento del Pisuerga
«El río Pisuerga, uno de los principales afluentes del Duero, tiene su nacimiento tradicionalmente considerado en la Fuente o Cueva del Cobre, una cavidad situada en la vertiente sur de la Sierra de Peña Labra, a 1600 m. de altitud. En realidad las aguas que afloran por la boca de dicha cueva proceden de la vertiente norte del Valdecebollas (2143m.), un bonito circo modelado por el glaciarismo cuaternario, al pie del cual se encuentra el Sumidero del Sel de la Fuente o Covarrés, en el que se pierden dichas aguas, para resurgir por la Fuente del Cobre. En línea recta hay aproximadamente 1 km. entre la pérdida y la resurgencia, con un desnivel de algo más de 150 m. de manera que el auténtico nacimiento del río se encuentra arriba, en el Valdecebollas, con un tramo subterráneo entre el sumidero del Sel de la Fuente y la resurgencia de la Fuente del Cobre».
De todos modos, como queda mucho más poético el que nazca en la Cueva, pues así ha quedado en el imaginario popular.