La primitiva iglesia de esta localidad fue monasterio de Santa Eufemia. Hoy, la Iglesia de Santa María la Real se encuentra en el punto más alto del pueblo. La estructura es de una sóla nave con portada abierta al muro sur, espadaña a los pies y ábside semicircular precedido de presbiterio. Aunque se utiliza la mampostería y el sillarejo predomina la sillería arenisca dorada.
En el exterior destacan:
- El ábside, que se levanta sobre un zócalo y presenta dos contrafuertes que dividen el tambor en tres paños:
- El paño central y el izquierdo lucen ventanas de arcos de medio punto soportado por columnillas. Se decora la chambrana, los capiteles y el cimacio de la ventana central.
- Los canecillos de formas geométricas que rodean el ábside.
- La moldura que recorre el ábside a la altura del arranque de las ventanas.
- La espadaña, con dos troneras para las campanas. El muro que cubre el cuerpo de campanas y la escalera no es románico, está datado en los siglos XVII y XVIII.
Una puerta de madera reforzada con herrajes medievales da acceso al templo. La portada románica está protegida por una atrio cubierto fechado en 1671. Un arco de medio punto con cuatro arquivoltas decoradas con abilletado, elementos zigzagueantes, boceles y escocias y sogueado, recuerda la portada de Salcedillo. El conjunto está protegido por una chambrana decorada con rosetas. El cimacio presenta una trama de nido de abeja. Las arquivoltas decansan en columnas coronadas por capiteles:
- En la parte izquierda:
- El capitel exterior está decorado con cestería regular, muy deteriorada.
- El interior presenta una decoración vegetal de hojas abiertas en abanico.
- En el tramo derecho:
- El capitel externo tiene decoración de trama romboidal con elemento floral en la esquina.
- El interior, aunque deteriorado, presenta decoración vegetal similar al de la parte izquierda.
En el interior presenta:
- bóveda de horno en el ábside,
- de cañón apuntado en el presbiterio y parte de la nave,
- y estructura de madera en el resto.
La decoración escultórica se limita a los cimacios de las pilastras que separan el segundo y tercer tramo de la nave que se coranan con máscaras vomitando tallos entrelazados y flores de cuatro pétalos inscritas en círculos. Esta ornamentación es característica de los talleres de Pozancos y Rebolledo de la Torre.
La decoración interior se complementa con un conjunto de pinturas murales en el ábside, presbiterio y muro del evangelio que representan escenas de la vida de Cristo y de la Virgen, datadas en el siglo XV, y posiblemente del maestro de San Felices.
Destaca también una talla de la Virgen con el Niño del siglo XIII.